lunes, 21 de febrero de 2011

CUBA MUSICAL

La riqueza de la música cubana, principalmente en lo que se refiere al color instrumental y a la opulencia poderosa de sus patrones rítmicos, la hace contagiosa… la hace misteriosa.. la hace Otredad!

Históricamente, muchas injusticias, inexactitudes y omisiones han sido cometidas en cuanto al reconocimiento de la gran influencia que ha ejercido la música cubana en el desarrollo de la música de los Estados Unidos, muchos no reconocen y meramente ignoran la extensa influencia de la música cubana en el desarrollo del jazz, y a menudo las fórmulas rítmicas afro-cubanas son errónea y maliciosamente clasificadas como giros puramente jazzísticos. 

Durante las décadas de 1920, 1930 y 1940, el bolero cubano, el son, la rumba y la conga viajaron por el mundo entero, a menudo como fórmulas comercializadas de tipo barato y vulgar promovidas por Hollywood y por las casas editoras norteamericanas, que producían de contínuo cantidades astronómicas de música bailable para un público creciente e insaciable.

Del lado positivo, sin embargo, está el hecho de que compositores estadounidenses de la talla de Aaron Copland o de Leonard Bernstein, pasando por Gershwin, escribieron obras basadas en los diseños rítmicos del danzón y de la rumba.


La música cubana nace de una amalgama de las fórmulas del folklore musical español y de los ritmos africanos, éstos últimos traídos a Cuba por los esclavos negros. Una mínima influencia francesa apareció en Santiago de Cuba trasladada por esclavos hatianos y por terratenientes franceses que habían huido a la parte oriental de Cuba tras las insurrecciones en Haití, pero pronto se diluyó y despareció, no dejando casi huella.

Si bien desde el punto de vista de la armonía y de la forma la música cubana no ha inventado nada original, melódica y rítmicamente ha producido una colección asombrosa de procedimientos de fácil identificación, los cuales, como se ha apuntado anteriormente, se han paseado por el mundo entero.



FUSIÓN DE JAZZ Y MÚSICA AFROCUBANA (Años 40)

Machito y sus AfroCubans con "Tanga", tema considerado como la primera grabación de jazz afrocubano:

EL DANZON

Se derivó como resultado de la transculturación de la danza y contradanza europea q, las migraciones de franceses y de Haití, que incluían negros y mulatos. Estos bailes de salón recibieron las influencias mestizas para crear un son criollo. Estos bailes se asentaron en la isla caribeña hasta que se convirtieron en la danza y contradanza cubanas. Aunque mantenían el influjo afro en su ritmo, ahora poseían una mayor libertad expresiva que permitía a la pareja enlazarse con más sensualismo.


Es a partir de este ritmo como surge el famosisimo MAMBOque donde se fusionaban elementos del jazz norteamericanos en los metales y los ritmos afro-cubanos en la percusión.

El mambo se baila siguiendo un ritmo sincopado, mezcla de música africana, hispanoamericana y jazz. Se marcan los cuatro tiempos, con movimientos fuertes y frecuentes flexiones de las articulaciones de pies y brazos. Muchos pasos tienen una fuerte entidad africana, en el sentido expresivo. Este es un baile "fuerte" que requiere velocidad de pies y mucha energía.
En la actualidad es uno de los ritmos latinos que se enseñan en clases de baile de salón, aunque en muchas escuelas tiende a confundirsele con la salsa.

 

Dámaso Perez Prado - Mambo Lupita